Segundo Alexandre Pinez, socio director y especialista en Life Coaching en Avalie CoachingPara lograr este objetivo, el secreto no reside en intentar separar los asuntos como si fueran dos vidas (una personal y otra profesional), sino en buscar el equilibrio. Para ello, solo necesitas un poco de sentido común y algunas reglas básicas. ¡Descubre cuatro de ellas a continuación!
Tener planificación y disciplina
La planificación y la disciplina deben estar presentes en ambos lados de la moneda: la vida personal y la profesional. En el trabajo, ten siempre muy claras tus prioridades actuales; así podrás organizar tus tareas con mayor claridad. En tu vida personal, planifica con antelación cómo quieres usar tu tiempo y establece una rutina diaria en la que también puedas dedicar tiempo a tu familia y amigos.
No seas una esponja de problemas
Ten mucho cuidado de no absorber un problema tras otro, ya sea profesional o personal. Tienes un límite, ¡no insistas! Por lo tanto, ten cuidado de no "comprar" problemas que no te corresponden y nunca olvides ni dudes de la capacidad de otros para resolver algunos de ellos. Recuerda que siempre puedes delegar.
No confundas las relaciones
A menudo tenemos familiares o amigos personales en nuestro entorno laboral, y en otros casos, los amigos del trabajo se vuelven más cercanos y comenzamos a pasar tiempo con ellos fuera del ámbito profesional. En cualquier caso, tenga siempre presente el contexto en el que se desenvuelve (personal o profesional) y tenga cuidado de no sobrepasar los límites.
Los asuntos de licencia laboral son importantes en el trabajo
Los momentos que pasas fuera del horario laboral son para relajarte y pensar/concentrarte en otros asuntos. ¿Qué tal el día de tu esposa? ¿Qué hicieron tus hijos en la escuela? ¿Cómo será el próximo viaje de tu amigo? En definitiva, lo importante es entender que las personas con las que pasas tiempo no forman parte de tu trabajo, así que los asuntos que tengas allí les interesarán poco.