
Cuando llega el momento tan esperado para dar el siguiente paso en crecimiento y atraer inversores, la primera pregunta que surge es: “Al fin y al cabo, ¿cuánto vale mi empresa?”El primer concepto fundamental que un emprendedor debe entender sobre el valor de una empresa es que ValuaciónAntes de cualquier estructura financiera, existe una percepción del mercado. Esto significa que el cálculo no es preciso, ya que estas percepciones pueden variar según con quién estemos hablando.
Analizar el rendimiento financiero de una empresa requiere conocimiento del mercado y del sector, una perspectiva estratégica y habilidades técnicas. Sin embargo, los resultados pueden variar, ya que no existe una forma definitiva y única de calcularlos.
Por lo tanto, es fundamental que conozca realmente su empresa, preguntándose si el valor que perciben los accionistas y directivos, considerando sus riesgos y oportunidades, coincide con el valor que percibe el mercado. Al fin y al cabo, quienes compran son quienes realmente determinan su valor.
Valuación Es el término en inglés para «Valoración de Empresas». Es el proceso de estimar el valor de una empresa, determinar su precio justo y la rentabilidad de la inversión en sus acciones.
Existen varias formas de evaluación, siendo la más común valor del activo, el valor actual del flujo de caja futuro, o la valor de los múltiplos de la empresa.
El método de Flujo de caja descontado (llevar al título ¿Qué es el flujo de caja descontado? En el propio texto del blog) puede ayudarle a obtener una medición observando los resultados financieros proyectados y adaptándolos al presente. La desventaja es que no todas las empresas cuentan con una forma fiable de estimar los resultados, lo que hace que este modelo sea frágil para las empresas emergentes.
El segundo método es el más utilizado por los inversores ángeles en general, especialmente en startups. Sin embargo, depende mucho más de la intuición y la negociación entre el emprendedor y el inversor. Generalmente, múltiple (llevar al título Valoración en relación con beneficios y múltiplos en el propio texto del blog) se abordan en la primera conversación hasta pasar a una conversación más avanzada con el flujo de caja descontado.
Al analizar los ingresos anuales de la empresa, se obtiene una previsión de facturación para los próximos años, y a partir de esta estimación y teniendo en cuenta el histórico de flujo de caja de la empresa, es posible llegar a un valor real de cuánto vale el negocio.
Sin embargo, incluso utilizando estos cálculos, este proceso implica cierta subjetividad en el juicio del emprendedor al definir las premisas y seleccionar las fuentes de datos. Por lo tanto, la fiabilidad del resultado depende de la percepción del mercado y de la lógica implícita en las decisiones del emprendedor.
Si tienes una empresa que está empezando, tendrás más dificultades para calcular su valor, por la falta de historial numérico y porque tienes un producto/servicio que aún no está consolidado.
Comprender el valor real de su empresa le permite conocerla mejor, explorando los aspectos que la enriquecen y los que la reducen. De esta manera, podrá mitigar estas deficiencias con el tiempo.
EL valuación Es una forma de conocer mejor su empresa, detectar debilidades y conocer su potencial futuro. El emprendedor puede calcular una participación justa en la empresa, lo que la haría más atractiva para los inversores.
Una ventaja es que, conociendo el monto a invertir y el valor de su empresa, puede negociar la participación patrimonial del inversor de forma más justa.
Para el inversor, el cálculo de valuación Ayuda a tomar la decisión de invertir, evitando que el inversor pague más de lo que debería valer la empresa. Para ello, es fundamental contar con una metodología cuantitativa.
Entender el valor histórico de una empresa permite tener una idea de cómo se ha comportado la empresa a lo largo del tiempo, lo cual es fundamental para construir estrategias futuras.
EL valuación de la empresa se puede realizar llevando los resultados del flujo de caja futuro al valor actual; este es el método más utilizado actualmente y tiene 3 pasos principales:
El primer paso es proyectar un flujo de caja futuro para los próximos 5 años (como mínimo), que consiste en descontar los gastos de los ingresos. Este flujo puede basarse en los datos históricos de la propia empresa.
El problema es que no todas las empresas tienen años de antigüedad; algunas están empezando y buscan inversores, como es el caso de las startups. En este caso, el análisis es aún menos preciso.
Cuanto mayor sea el plazo, menos preciso será el análisis. El segundo paso es definir una tasa libre de riesgo, que suele ser la Selic (tasa de interés base).
El interés es el precio del dinero hoy en relación con el futuro. La tasa de interés también representa la recompensa por renunciar al consumo presente y dejar el dinero invertido en ahorros.
La tasa de interés se determina por el nivel de ahorro de la sociedad. Las tasas de interés tienden a ser más bajas cuando el número de ahorradores es mayor que el de consumidores.
Cuanto mayor sea el número de ahorradores, mayor será la cantidad de dinero que estará disponible para préstamos, reduciendo su escasez en el corto plazo.
En otras palabras, una tasa de interés baja reduce el precio del dinero en el presente, así como la prima que se paga por pedir dinero prestado. Si esta prima es demasiado baja, las personas prefieren consumir sus ingresos ahora, lo que reduce la cantidad de dinero disponible para prestar y provoca un aumento en la tasa de interés.
Si la sociedad consume todos sus ingresos, habrá poco dinero disponible para préstamos. El tipo de interés de los préstamos tenderá a ser alto, ya que esto atrae a inversores que desean prestar su dinero y recibir intereses mensuales.
Los inversores buscan empresas más consolidadas, con alto potencial de crecimiento y menor incertidumbre. Las empresas que ofrecen la mejor relación riesgo-rentabilidad ofrecerán el mayor valor.
Además, estas empresas deben ofrecer un alto potencial de crecimiento para que la inversión valga la pena. Normalmente, los inversores en startups compran 10 para tener la posibilidad de tener éxito en 2 o 3. Estas empresas exitosas deben ofrecer una rentabilidad que recupere el dinero invertido en las otras opciones fallidas.
Además, muchos inversores solo invierten en empresas cuyos ingresos son proporcionales a su valoración, es decir, que tienen un buen múltiplo. En otras palabras, no sirve de nada tener una idea brillante; hay que probarla, lanzarla al mercado y conseguir clientes.
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