
El mercado laboral está en constante cambio, impulsado por la digitalización, la automatización y la demanda cambiante de habilidades. Las tendencias para 2025 apuntan a un escenario desafiante y prometedor, especialmente en Brasil, donde las particularidades económicas y sociales influyen en la dirección de la empleabilidad. En este artículo, exploraremos las principales tendencias, desafíos y perspectivas que configuran el futuro del trabajo en Brasil.
La automatización y la inteligencia artificial (IA) siguen teniendo un impacto significativo en el mercado laboral. Según un estudio de McKinsey & Company, para 2030, aproximadamente entre 151 y 301 millones de personas podrían automatizarse las actividades laborales a nivel mundial. En Brasil, esto representa un cambio estructural en sectores como la manufactura, los servicios financieros y la atención al cliente. El crecimiento de la automatización exige que los trabajadores adquieran nuevas habilidades técnicas y digitales para mantenerse competitivos.
Si bien los empleos operativos tradicionales se ven afectados, la automatización también crea nuevas oportunidades en áreas como el desarrollo de software, la ciencia de datos y la robótica. También se valorarán los empleos que impliquen habilidades interpersonales como la creatividad, la empatía y la resolución de problemas, ya que son características difíciles de automatizar.
La pandemia ha consolidado el teletrabajo y acelerado el modelo híbrido, que combina jornadas presenciales con jornadas de teletrabajo. En 2025, se prevé que este modelo siga prevaleciendo, especialmente en sectores como la tecnología, las comunicaciones y los servicios financieros. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el número de personas que trabajan remotamente en Brasil alcanzó los 7,3 millones en 2020, y se prevé que esta tendencia aumente.
Este entorno laboral flexible permite a las empresas contratar talento de cualquier región, ampliando las oportunidades para trabajadores en ciudades más pequeñas o zonas remotas. Sin embargo, esta transformación conlleva desafíos, como la necesidad de adaptación tecnológica, una mayor disciplina laboral y la creación de una cultura organizacional sólida e inclusiva.
Ante la rápida evolución de los requisitos de competencias, la capacitación y el reciclaje profesional de los trabajadores se vuelve crucial. El Foro Económico Mundial estima que 501.000 trabajadores necesitarán reciclarse para 2025 debido al aumento de la automatización y la digitalización. En Brasil, las empresas ya se enfrentan a una escasez de profesionales cualificados en áreas como programación, análisis de datos y ciberseguridad.
Para cubrir esta brecha, tanto las empresas como las instituciones educativas deben invertir en formación continua y programas de educación corporativa. Los programas de educación técnica, los cursos cortos y las colaboraciones entre empresas e instituciones educativas pueden ayudar a alinear las habilidades de los trabajadores con las demandas del mercado.
Las empresas buscan cada vez más profesionales que, además de habilidades técnicas, posean habilidades interpersonales como la comunicación, el trabajo en equipo, la resiliencia y la inteligencia emocional. LinkedIn ha indicado que la inteligencia emocional es una de las habilidades más valoradas en los procesos de selección. En un entorno donde las tecnologías cambian rápidamente, las habilidades conductuales garantizan que los empleados se adapten y mantengan una cultura organizacional saludable.
Estas soft skills son especialmente importantes en puestos de liderazgo y gestión, donde es necesario saber afrontar los cambios, motivar a los equipos y mantener el bienestar en el entorno laboral.
El contexto económico y la flexibilidad del teletrabajo impulsan el crecimiento del emprendimiento y la llamada economía colaborativa, donde los profesionales trabajan de forma independiente o en proyectos temporales. Según Sebrae, el número de nuevos microempresarios individuales (MEI) en Brasil aumentó en 14,71 TP3T en 2021. Muchos profesionales optan por el autoempleo para aprovechar la flexibilidad horaria y la posibilidad de diversificar sus ingresos.
La economía colaborativa ofrece mayor autonomía, pero también más desafíos, como la falta de prestaciones laborales y la necesidad de autogestión. Para este grupo, la formación en gestión financiera y marketing personal se vuelve esencial para garantizar la estabilidad y un crecimiento sostenible.
La sostenibilidad se está convirtiendo en una de las principales ventajas competitivas para empresas y profesionales. Las empresas buscan cada vez más incorporar prácticas sostenibles y responsables en sus operaciones, lo que impacta en el tipo de talento que buscan contratar. Según una encuesta de IBM, el 711 % de los profesionales considera la sostenibilidad ambiental más importante que hace cinco años, y el 78 % de las empresas brasileñas afirman estar invirtiendo en acciones sostenibles.
Para los profesionales, desarrollar conocimientos y habilidades en prácticas sustentables puede abrir puertas a puestos en empresas comprometidas con la responsabilidad ambiental y social.
El mercado laboral brasileño en 2025 estará marcado por profundas transformaciones y oportunidades, lo que exigirá una adaptación constante por parte de profesionales y empresas. Las tendencias en automatización, trabajo híbrido, reciclaje profesional, enfoque en habilidades blandas, emprendimiento y sostenibilidad apuntan a un futuro donde la empleabilidad estará cada vez más determinada por la innovación y la flexibilidad.
Con el escenario económico brasileño en constante cambio, la preparación continua, la búsqueda de actualizaciones y el desarrollo de habilidades comportamentales serán diferenciadores para que los profesionales se destaquen y aprovechen las oportunidades que este nuevo mercado de trabajo ofrece.
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