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08 de febrero de 2019

La primera impresión es la que queda.

Según los expertos, lo más importante para causar una buena impresión es definir tu intención.

La mayoría de las personas formarán un juicio sobre ti durante el primer segundo de conocerte y, muy probablemente, conservarán esa impresión para siempre.

Es como dice el refrán: las primeras impresiones son las que perduran, por lo que es muy importante asegurarse de que este contacto inicial sea positivo, especialmente si estamos hablando de una relación profesional.

Los psicólogos que estudian el tema afirman que este primer juicio puede ser muy preciso y que no lleva mucho tiempo realizarlo. Pero ¿cómo puedes asegurarte de que la gente te juzgue con precisión y cómo puedes mostrar tu mejor lado?

Nadie quiere dar a los demás una impresión falsa: muchas personas pueden percibir intuitivamente de inmediato si alguien es falso. Sin embargo, cada vez que conoces a alguien por primera vez, siempre quieres empezar con el pie derecho.

En la columna de hoy hemos recopilado algunos consejos que pueden ayudarte en este momento crucial:

Comience por establecer una intención. Lo más importante que puedes hacer para causar una buena impresión es establecer tu intención. ¿Qué aspecto de tu personalidad quieres enfatizar? ¿Quiénes serán las personas que conocerás? ¿Cuál es la mejor manera de comportarse y vestirse para causar una buena impresión?

Bueno, elegir la ropa y los accesorios es el siguiente paso. La ropa, el maquillaje, las joyas, los relojes y los zapatos dicen mucho sobre ti. Sin querer que parezca algo que no es cierto, incluyelos en tu planificación.

Las ocasiones profesionales requieren una vestimenta más discreta y, sobre todo, que no eclipse tu rendimiento. En estos momentos, viene bien otra máxima popular: ¡menos es más! Muchos hombres no se dan cuenta de que su reloj puede decir mucho sobre ellos.

Para las mujeres, los bolsos grandes y los pendientes o joyas brillantes tienen el mismo poder. Asegúrate de que lo que vistes y la forma en que peinas tu cabello o te maquillas reflejen lo que quieres comunicar al mundo.

Sea consciente de su lenguaje corporal. El lenguaje corporal es una parte crucial y a menudo pasada por alto de nuestro proceso de comunicación.

La mirada, los gestos, la postura e incluso el apretón de manos dicen mucho sobre ti. O nunca se te ocurrió impresionarte por la altivez de alguien que conociste y que transmitía confianza al saludarte.

Una postura erguida denota confianza en uno mismo, aunque lo contrario también es cierto. Del mismo modo, un apretón de manos flojo puede reflejar inseguridad o falta de energía.

Evite los días malos. Ninguno de los consejos anteriores sirve de nada si no te encuentras bien. La gente puede darse cuenta cuando estamos de mal humor o deprimidos. Si estás teniendo un mal día, y es posible, ¡quédate en casa!

Ser interesado e interesante. Intenta escuchar más y hablar menos. Conozca el terreno que está pisando antes de exponerse innecesariamente.

A veces el deseo de impresionar puede llevarnos a decir cosas que no deberíamos, y nadie quiere parecer invasivo o correr el riesgo de cometer un error de inmediato.

En definitiva, planifica las ocasiones que puedas programar y asegúrate de que todos estos elementos que conforman tu imagen conspiren a tu favor. Si lo haces bien en los primeros minutos, los años siguientes pueden ser mucho más fáciles.

 


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